M S K

Peregrinación Anual a la basílica

Se podrá escuchar la misa desde la basílica este domingo 1 de febrero (10:00 hrs.) vía internet:
http://www.radioth.com.mx/

Tres hombres y un trabajo

Ésta es la historia de un viajero que, en plena Edad Media, fue a parar a una ciudad de Francia. El caminante se admiró de ver la cantidad de canteros, albañiles y carpinteros dedicados a la construcción de un magnífico edificio para la Iglesia. Se acercó a uno de los canteros para interesarse por su trabajo.
— ¿Podría explicarme en qué consiste su trabajo? -le pre­guntó
El hombre, molesto por la pregunta, le contestó con malos humos:
— Estoy picando estos bloques de piedra con la maza y el cincel, y después los estoy en­samblando tal y como se me ha indicado para hacer un muro. Estoy sudando la gota gorda y además me duele mu­chísimo la espalda, sabe usted... Y para colmo, este trabajo me aburre y me paso el día soñando con el día en que pueda abandonarlo.
Ante tal respuesta, el viajero prefirió marcharse y charlar con otro cantero.
— ¿Podría explicarme en qué consiste su trabajo? -pregun­tó nuevamente.
Y el segundo cantero le contestó:
— Pues mire usted: como tengo mujer e hijos necesito un trabajo para ganarme un sueldo. Me levanto pronto cada mañana y vengo a picar la piedra, tal y como se me ordena. Es un trabajo repetitivo, como se puede imaginar, pero gracias a él puedo alimentar a mi familia, que es lo que me importa; estoy contento con tener este trabajo.
Más animado por esta segunda respuesta, el forastero se acercó a otro trabajador.
— Y usted, ¿qué está haciendo?
Y el tercer cantero, con los ojos brillantes de emoción y con el dedo índice apuntando hacia el cielo, le contestó:
— Estoy levantando una catedral. ¡Una pre­ciosa catedral! No podría soñar en un trabajo más hermoso al que dedicar mi esfuerzo.

Acción de Gracias


El comité diocesano de la ACJM felicita a todos los graduados del primer nivel de los grupos Adolescentes, Angeles de Dios, San Nicolás, Don Bosco y El Señor del Perdón, sigan adelante con mucho ánimo.

La familia, formadora de valores

Estaremos viviendo el VI Encuentro Mundial de Familias en la ciudad de México, con el tema “La familia, formadora en los valores humanos y cristianos”.

Para que la familia sea en verdad formadora en valores humanos y cristianos, es imprescindible que los adultos –los esposos y padres- crean en dichos valores, los proclamen y los vivan con convicción, para transmitir esa actitud a los hijos, constituyendo la atmósfera familiar en una vida según valores.

Para que los valores sean fuente de motivación -o sea que nos impulsen, sensibilicen, dirijan y sostengan en nuestras decisiones-, no basta que sepamos mucho acerca de ellos, no basta que hablemos constantemente de ellos, tampoco basta la inclinación ocasional hacia ellos. No basta que los valores lleguen al oído y a la cabeza, se requiere que lleguen al corazón. Hay que amarlos apasionadamente para que se traduzcan en modalidad de acción, de modo que seamos testigos de vivir los valores en los que creemos, trátese, por ejemplo, de la verdad, de la honestidad, de la sinceridad, de la justicia, de la solidaridad, de la fe, del amor.


Otro aspecto importante en los valores y su motivación formativa es que hay tres niveles de personalización de los valores, o sea tres grados en que los hacemos nuestros.

El primer grado de personalización es el de “complacencia”: Cuando se adopta el valor con el fin de obtener una recompensa o de evitar un castigo. No se vive ese valor porque estemos convencidos del mismo, sino para buscar un premio o evitar un castigo: en el momento que desaparezca la perspectiva del premio o del castigo, se deja de practicar ese valor. Y el premio o el castigo no son necesariamente físicos, también pueden ser psicológicos (Por ejemplo una felicitación, conceder el pase a una siguiente etapa, negar el afecto, negar un permiso, inducir sentimientos de culpa…). Es normal que el niño vaya asumiendo los valores a este nivel.

Un segundo grado de personalización del valor es el de la “identificación”: Cuando la persona practica determinado valor por la imagen positiva que obtiene con ello, especialmente por la relación gratificante con otra persona o personas; esta relación puede ser real o en la fantasía. En este caso ya se practica el valor no tanto por el premio o castigo en juego, sino por un criterio mejor, por la identificación con la persona que influye y se convierte en modelo de referencia: querer ser como la otra persona, entrar en su grupo, pertenecer a determinada clase o asociación. Este grado de personalización del valor se vive con fuerza cuando se es adolescente.

Un tercer grado de personalización del valor es el de la “internalización” o “apropiación”: Es el grado superior de personalización del valor. Es cuando la persona practica el valor no sólo porque lo viva otra persona, sino porque cree en ese valor, le convence, lo descubre de acuerdo a sus ideales… incluso aunque deje de vivirlo la persona que era modelo de referencia, porque la convicción brota desde dentro del propio ser y no está condicionada por la cantidad o el tipo de personas que lo vivan. Entonces el valor llega a ser una verdadera convicción: lo vive aun en circunstancias adversas. La plena convicción del valor es cuando la persona acepta sufrir el ataque o la persecución por causa del valor de referencia; en otras palabras, cuando está dispuesta a morir pero no renuncia a ese valor.

Que nuestras familias se esmeren en proclamar y vivir los valores con este grado de convicción, porque se ha hecho parte esencial de la propia persona y de la atmósfera familiar, convierte a las familias en testigos de trascendencia, en mensajeros de esperanza en un mundo nuevo, congruente y solidario.


Tehuacán, Pue., 9 de enero de 2009

+ Rodrigo Aguilar Martínez
Obispo de Tehuacán.
Presidente de la Comisión Episcopal para la Familia, Juventud y Laicos

Unos magos llegados del oriente







Evangelio del domingo 4




Evangelio según San Juan 1,1-18.

Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo". De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.

Dios siempre esta aqui, aunque usted no lo crea


Te invitamos al Preseminario aqui en la Diocesis de Tehuacán, informes e inscripciones con el P. Juan Carrera a los teléfonos 3820542 y 3832566,
¡Participa!

 
A.C.J.M. de la Diócesis de Tehuacán - by Templates para novo blogger